Perfect disc of moon, huge
and simmering
low on the capital’s filthy horizon—¡Ay,
qué luna más hermosa! she says
pushing the stroller slowly down Atocha.
And gorgeous too the firm-thighed

boys from Lisbon
a block away, who work
Kilometer Zero’s sidewalk, the neon
shoestore they lean against
cupping the flames
of passing strangers.

The sky above Puerta del Sol turns
a darker shade of blue. Who says
it doesn’t become night’s
one eye
as it scales the heavens, paling
and shrinking before it moves

across a late June sky? And below,
men persist and circle
the plaza, twin fountains brimming
over their brilliant waters. Hours
from now with the heat
waning, the same moon will spot

the figure of him
making past Neptune, the Ritz
the orange jumpsuits
hopping off trucks to sweep
and spray, hosing
down those electric streets.


Luna urbana

Disco perfecto de luna, enorme
y a fuego lento, rozando
el horizonte sucio de la capital—¡Ay,
qué luna más hermosa! dice ella
empujando el cochecito de niño por Atocha.
Y espléndidos también los muslos

de los muchachos de Lisboa
a una manzana, que trabajan
en la acera del Kilómetro Cero,
la zapatería de neón donde se apoyan,
escudando con la mano el fuego
de extraños que pasean por allí.

El cielo sobre la Puerta del Sol toma
otro tono de azul. ¿Quién dice
que no se convierte en el único
ojo de la noche
al escalar: palideciendo
y menguando antes de cruzar

el cielo de finales de junio? Y abajo,
hombres persisten, dando vueltas
por la plaza, las fuentes gemelas rebosantes
de aguas luminosas. De aquí
a unas horas con el calor
desvaneciéndose, la misma luna verá

su figura
pasando Neptuno, el Ritz,
los monos de color naranja
que saltan de los camiones a barrer
y pulverizar, regando
esas calles eléctricas.

From Puerta del Sol. Copyright © 2005, Bilingual Press / Editorial Bilingüe, Arizona State University.