translated by Lucian Mattison
Forty years could pass
the sea lions drying their fur on the rocks
and in spite of that I couldn't say anything new
I think about a crab that breaks to pieces
the sand glistens under the movement of waves
because were we on those beaches so many times
letting the wind shake out our worries
and all of that time passed behind your dark lenses
as one who thinks of the word they withhold
from the depths the dead speak in a language of sand
Dante's purgatory was also a beach
souls guided by something as a ridiculous as an angel
the train schedules are announced by the speakers
because forty years could pass
form an ellipsis with the names that are still missing
or cross the school's hallway toward the chapel
the smell of flowers the seats arranged correctly
writing lines of poetry as punishment in the afternoon or the hate born toward verse
but we escaped on bicycles on the gravel
and little pebbles got into our shoes
that was youth Jeanne
afternoons of bread and mashed avocado video games
the valley closing on itself with the movement of the mountains
all the blue poster board for the mes del mar
and the original image fading in photocopies
or the altered depths after the earthquake
the subsequent waves against the breakers
although there was a time that we were in love with each other
the townships turned to dust and the sound of the earth woke us
we knocked down a house to see the river
blackbirds live in a sound that has lost its origin
the English movies we watched can be disposed of
summer heat shines on your face
many times we imagined ourselves at forty
the sea's language spooning dreams on eight-millimeter film
to arrive at the cabin at night to wash feet.
Podrían pasar cuarenta años
los lobos secar su pelaje en las rocas
y así y todo yo no podría decir nada nuevo
pienso en un cangrejo que se despedaza
la arena brilla bajo el movimiento de las olas
porque estuvimos tantas veces en esas playas
dejando que el viento sacudiera las preocupaciones
y todo el tiempo pasó por sus lentes oscuros
como quien piensa la palabra que esconde
del fondo los muertos hablan con un lenguaje de arena
el Purgatorio para Dante era también una playa
las almas guiadas por algo tan ridículo como un ángel
de los altavoces indican el itinerario de los trenes
porque podrían pasar cuarenta años
hacer una elipsis con los nombres que faltan
o cruzar el pasillo del colegio hacia la capilla
su olor a flores asientos correctamente ordenados
el castigo de copiar poesía por la tarde o el odio parido al verso
pero escapábamos en bicicletas por el ripio
y piedritas entraban en los zapatos
esa fue la infancia Jeanne
tardes de pan con palta videojuegos
el valle cerrándose con el movimiento de las montañas
todas las cartulinas azules del mes del mar
y las fotocopias desgastan el rostro original
o como la profundidad alterada tras el terremoto
las olas sucesivas en la rompiente
aunque un día estuvimos enamorados uno del otro
los pueblos se volvían polvo y nos despertaba el sonido de la tierra
derribamos una casa para ver el río
los tordos habitar un sonido que perdió su origen
las películas inglesas que vimos pueden eliminarse
el calor de un verano dar en tu cara
nos imaginamos varias veces a los cuarenta años
el idioma del mar acurrucando sueños en ocho milímetros
llegar por la noche a la cabaña a limpiarse los pies.
Originally published in Lunch Ticket. Copyright © 2017 by Diego Alfaro Palma. Used with the permission of the translator and author.