Translated from the Spanish by Yvette Siegert
I feel God walking
deep within me, with the evening and the sea.
With him we leave. The night falls.
With him we nightfall. Orphaning. . .
But I feel God. It even seems
I take his dictation for some fine color.
Like a hospitalist, he is sad and he is good;
he languishes, a sweet disdainful lover.
How his heart must ache.
Oh, my God, it’s only now I come to you—
this late day, when I am full of love and
turn to the rigged balance of a pair of breasts
to weigh and grieve this frail creation.
But oh you, how you sob . . . you, enamored
of such magnificent encircling breasts. . .
I consecrate you, God, because you love so deeply,
because you never smile, because of how
your heart must always hurt you.
Dios
Siento a Dios que camina
tan en mí, con la tarde y con el mar.
Con él nos vamos juntos. Anochece.
Con él anochecemos, Orfandad. . .
Pero yo siento a Dios. Y hasta parece
que él me dicta no sé qué buen color.
Como un hospitalario, es bueno y triste;
mustia un dulce desdén de enamorado:
debe dolerte mucho el corazón.
Oh, Dios mío, recién a ti me llego
hoy que amo tanto en esta tarde; hoy
que en la falsa balanza de unos senos,
mido y lloro una frágil Creación.
Y tú, cuál llorarás . . . tú, enamorado
de tanto enorme seno girador. . .
Yo te consagro Dios, porque amas tanto;
porque jamás sonríes; porque siempre
debe dolerte mucho el corazón.
From Los heraldos negros (Editorial Losada, S. A., 1918) by César Vallejo. Translated from the Spanish by Yvette Siegert. This poem is in the public domain.