the independence (of puerto rico)
English translation from Spanish
we are fiercer than melted snow;
we are bigger than storage cemeteries;
we are more rabid than mired winds;
we are immenser than rivers in sea;
we are wider than wasted tyrannies;
we are more tender than roots with earth;
we are more tender than rain in moss;
we are more tender than downpour’s tremor;
we are stronger than overworked years;
we are braver than stalking anguish;
we are more beautiful than universal monarchies;
we are more jevos than the dreamt good life;
we are richer than stolen ports;
we are more pirates than federal governments;
we are more justice-seeking than armed gods;
we are more more than the minimum
and more more than the most.
we are insularly sufficient.
we owe no one shame.
we owe no one smallness.
they tell us for a whole centuried
and quintuplentaried life that we are
the smallest of the upper,
that we are much of the less
and too little of the more,
but we are more than what they say,
more than what they imagine
and more than, to this day,
we have imagined.
we are home libraries
gathered in a data strike
that miss their bowels
of historied flesh.
we are a latitude of tied belts,
serpents who shed their punishing skins,
make a tape to measure the globe
and know if the world can
expand by opening chests.
we are that calculation that traces today
and hits rock bottom.
we are the fortaleza without spaniards,
the rib cage that expires the old empire
where before they housed crusades.
we are fatal, meaning,
the death of trenches
and the governments that induce them.
we are high-and-mighty on the coast
and humble in the mountains.
we gather coffee and plant it
in the buildings we build,
the children we raise,
and the exponential applications
we complete.
and in all things we are independent,
even in the most colonized hole of our porous fear;
even in the panadería most packed with papers that cover ads;
even in the corrosive act of saying we are only an island;
even that we have done looking each other in the face,
gathering cement blocks,
arming the neighbor’s storage rooms;
even from afar, it has been us
who has gone to the post office
and sent cans and batteries.
don’t fear what you already know.
we’ve spent a lifetime fearing ourselves
while getting robbed by strangers.
look at us. look closely.
don’t you see we are
beauty?
la independencia (de puerto rico)
somos más fieros que la nieve derretida;
somos más grandes que un cementerio de vagones;
somos más rabiosos que los vientos atascados;
somos más inmensos que los ríos en el mar;
somos más amplios que las tiranías gastadas;
somos más tiernos que las raíces con la tierra;
somos más tiernos que la lluvia en el musgo;
somos más tiernos que el temblor del aguacero;
somos más fuertes que los años fajones;
somos más bravos que la angustia acosadora;
somos más bellos que las monarquías universales;
somos más jevos que la buena vida soñada;
somos más ricos que los puertos robados;
somos más piratas que los gobiernos federales;
somos más justicieros que los dioses armados;
somos más más que lo más mínimo
y más más que lo más mejor.
somos insularmente suficientes.
no le debemos a nadie la vergüenza.
no le debemos a nadie la pequeñez.
nos dicen por toda una vida siglada
y quintuplegada que somos
el menor de las mayores,
que somos mucho de lo menos
y muy poco de lo más,
pero somos más que lo que dicen,
más de lo que se imaginan
y más de lo que hasta hoy
nos hemos imaginado.
somos las bibliotecas de las casas
juntadas en una huelga de datos
que añoran sus entrañas
de carne historiada.
somos una latitud de correas atadas,
sierpes que mudaron su piel de castigo
por una cinta de medir el globo
para saber si el mundo puede
expandirse abriendo pechos.
somos ese cálculo que traza hoy
y toca fondo.
somos la fortaleza sin españoles,
la caja torácica que expira el viejo imperio
donde antes se almacenaban cruzadas.
somos fatales, es decir,
la muerte de las trincheras
y los gobiernos que las inducen.
somos altaneros en la costa
y humildes en la cordillera.
recogemos café y lo sembramos
en los edificios que construimos,
los niños que cuidamos,
las solicitudes exponenciales
que completamos.
y en todo somos independientes,
hasta en el hueco más colonizado del temor poroso;
hasta en la panadería más llena de periódicos de anuncios;
hasta en el acto corrosivo de decir que somos isla solamente;
hasta eso lo hemos hecho mirándonos las caras,
juntando los bloques de cemento,
armando los almacenes de los vecinos;
hasta en la lejanía, hemos sido nosotros,
nosotros los que llegamos al correo
y enviamos latas y baterías.
no temas lo que ya conoces.
llevamos una vida temiéndonos
mientras nos roban extraños.
míranos bien.
¿no ves que somos
hermosura?
Copyright © 2020 by Raquel Salas Rivera. Originally published in Poem-a-Day on January 13, 2020, by the Academy of American Poets.
“This poem is part of a poetic multiverse in which each poem shares the same title. Drawing from Frantz Fanon’s Les Damnés de la Terre, it riffs off his argument that the colonized first learns immobility, then imagines entire lives confined to colonial solitude, each with a linear trajectory leading to a shared future: the independence of Puerto Rico. As Angelamaría Dávila would say, ‘Company is forged from many solitudes.’ This specific poem dismantles the idea that Puerto Rico’s biggest problem is its insularism. Our supposed smallness, our vulnerability, and our tenderness mark moments of true independence, in which we have successfully broken away from our oppressors in order to experience our beauty in all its splendor.”
—Raquel Salas Rivera
“Este poema forma parte de un multiverso poético en el cual cada poema comparte el mismo título. Su punto de partida es Les Damnés de la Terre de Franz Fanon y le da seguimiento al argumento de que lo primero que aprende el colonizado es la inmovilidad. Imaginé vidas enteras confinadas a la soledad colonial, cada cual con una trayectoria lineal que lleva a un futuro compartido: la independencia de Puerto Rico. Como diría Angelamaría Dávila: ‘Es de muchas soledades que se funda la compaña.’ Este poema en particular desmantela la idea de que el mayor problema de Puerto Rico es el insularismo. Nuestra supuesta pequeñez, nuestra vulnerabilidad, y nuestra ternura marcan momentos de profunda independencia, en los cuales hemos logrado romper con nuestro opresores para poder vivir nuestra hermosura en todo su esplendor.”
—Raquel Salas Rivera